HISTORIA DEL MASTÍN DEL PIRINEO
El Mastín del Pirineo es la única raza autóctona aragonesa.
Se trata de un animal de gran talla que tradicionalmente se ha venido seleccionando para la guarda de rebaños en el sistema trashumante aragonés, el cual es completamente distinto al que estaba vigente en Castilla, regulado por el Honrado Concejo de la Mesta.
Durante muchos siglos, el Mastín del Pirineo fue el fiel acompañante de los rebaños que recorrían los valles pirenaicos y bajaban hasta el Maestrazgo e incluso territorio valenciano. Los recorridos trashumantes en Aragón eran cortos si los comparamos con los castellanoleoneses. Además, sucedía con frecuencia que en cada valle existían diferentes reglamentaciones, según las costumbres o los criterios de los señores bajo cuyo dominio se encontrase la zona.
En cualquier caso, con el paso del tiempo y debido a una exigente selección funcional, nuestra raza se convirtió en una parte imprescindible de la vida aragonesa. El Mastín del Pirineo vivió, pues, mató y murió junto a pastores y zagales, defendiendo a las reses y propiedades de su amo, las cuales siempre consideró como parte propia.
Sin embargo, con el fin de la Guerra Civil española, llegaron tiempos muy malos para nuestra magnífica raza aragonesa. Pensemos que eran años de especiales estrecheces económicas, en los que mantener a un animal de gran tamaño que, en la práctica había perdido su función primaria, era un lujo que casi nadie podía permitirse. A causa de ello, el Mastín del Pirineo sufrió una grave pérdida de su patrimonio genético, mestizándose en muchos casos y disminuyendo su número en manera casi definitiva para su propia supervivencia como raza pura. Afortunadamente, a mediados de los años setenta, un reducido grupo de apasionados iniciaron la ardua tarea de recuperar al moloso aragonés a partir de los ejemplares localizados en el campo y que reunían las suficientes características del perro tradicional de la trashumancia aragonesa.
Con la fundación, en el año 1977, del Club del Mastín del Pirineo de España, se sientan las bases para que nuestra raza inicie el camino de su recuperación.
A finales del siglo XX el Mastín del Pirineo es una raza conocida y respetada fuera de nuestras fronteras, existiendo Clubes dedicados a ella en Suecia, Noruega, Finlandia, Alemania, Suiza, Austria, Bélgica, Holanda, Italia, Francia, Portugal, República Checa y Estados Unidos. Nuestro gran perro no se merecía menos. Su impresionante aspecto y su excelente carácter están haciendo que nuestra raza sea cada día más apreciada fuera de España y que el prestigio del Mastín del Pirineo crezca constantemente en cuantos países es introducido.